jueves, 24 de febrero de 2011

más que mirarse (I)

Más que mirarse, se admira, se contempla, se analiza, como si no fuesen sus ojos, como si la mirada misma no le perteneciese. Se siente ligeramente, embotada, ida, la cabeza y los sentidos en una calma artificial, semejante al que sigue  a un estado de euforia prolongado.  El espejo ocupa toda la pared lateral, justo enfrente a la cama, es  uno de esos armarios pasados de moda ya, que por puertas correderas tienen en  realidad espejos correderos. Es capaz de absorber todo desde esa calma, extraña sensación, como si todos sus sentidos, pero sólo ellos, sin el eterno y extenuante regir del cerebro ,se hubiesen puesto a trabajar frenéticamente…el aire denso, manchado, cargado de aromas y de sudores, el olor del sexo y de su perfume  se izan lentamente al techo y a medio camino se entremezclan, hacen filigranas, se abrazan en una danza cadenciosa y alucinada, es vagamente consciente de la presencia del  amante, como si su sola presencia fuese una parte más del parco mobiliario. Y sigue y sigue mirando a la mujer de enfrente, ésa que es y no es ella a la vez, el pelo brillante, largo, negrísimo, que cubre ligeramente los pechos redondos y rotundos sin llegar a taparlos, el vientre ligeramente abombado, las piernas largas y torneadas, el tacto de la seda y el color del chocolate… todo se reduce  a eso, olores, sabores, penumbra,  pálpito… y el ruido apenas audible del silencio total de ese  cuarto. Volviendo perezosamente a la realidad, el cerebro comienza a trabajar de forma inconsciente y repite mentalmente los versos de Renee V. …nunca volverás a estar más viva que entre los brazos de un amante entregado, ni te verás tan hermosa como en sus ojos cuando los nubla el deseo….casi al  tiempo que  los repite mentalmente oye las palabras del hombre, que muy lentamente la arrancan de la letanía, y empieza a sentir a través de otros sentidos que no son los suyos, él parece haberse dado cuenta de su lejanía, siente celos del espejo,  e intenta atraerla de nuevo hacia él, sus dedos otra vez dentro de ella, moviéndose con sabiduría y dulzura-eres preciosa…eres preciosa…preciosa….-y se deja arrastrar nuevamente por sus sentidos y también por los de él, que, al unísono, entonan otra vez la eterna melodía de excitación ,sudor y fiebre de todos los amantes del mundo.
Termina de escribir y cierra el portátil de un golpe, casi avergonzada. Ya está, lo ha registrado, lo ha plasmado antes de que se diluya a fuerza de olvido y cotidianeidad, no está segura de que la magia regrese,  y además, al escribirlo, se convence a si misma de que la magia existió, que no fue producto del sueño o de su mente. Allí está la magia, o el reflejo de ella, atrapada, diseccionada, en un documento de word, así no se descompondrá en moléculas, piensa.
También piensa- necesito una ducha y un café-Y arrastra los pies hasta la diminuta cocina, enciende la cafetera y un pitillo, que posa cuidadosamente sobre el cenicero de porcelana con una vaca dibujada, para correr a abrir la puerta, porque el timbre ha empezado a sonar, insistente  y molesto. Ana entra sonriendo como una boba, le planta dos sonoros besos en la mejilla y tras arrojar el abrigo en el sofá, se dirige taconeando a la cocina, se sienta, enciende un cigarro y la mira expectante con la misma sonrisa boba estampada en los labios:
-Joder… esa cara de ángel….qué….qué tal se ha portado el Vicentín?
-Bueno….la verdad es que muy bien- y no encuentra las palabras para describir a su amiga la magia, tampoco lo  desea, así que se limita a parafrasear a Sabina- El Ínclito, el Maravilloso, el de los Dedos Vertiginosos…..
-Joder, con la tía, vaya suerte…- la mira estupefacta-   tres años sin follar y la primera vez das con uno de esos…
-Sí, suerte…supongo, quieres café no ¿?
-Sí, sólo, que quiero despertarme bien para oír todo lo que  me tienes que contar, guapa.
Saca dos tazas blancas de porcelana gruesa de la alacena y galletas del aparador y lo dispone todo encima de la mesa, sólo entonces se sienta frente a su amiga y exhalando el humo con fuerza, exhibe una inmensa sonrisa pícara.
-La verdad es que estoy como  nueva tía, y eso que he dormido dos horas…
-No… ya te veo …ya….Pues mira bonita, por la experiencia que yo tengo  con los tíos, que no es desdeñable, como tú ya sabes, te diré que la mayoría saben utilizar muy bien su polla, que por otro lado es un mecanismo bastante simple y rudimentario, aunque no exento de curiosidad, pero no tienen ni idea de cómo utilizar sus dedos..yo creo que esto tiene bastante que ver con el egoísmo, con el afán de buscar su propia satisfacción a toda costa, sin pensar en la mujer que tienen al lado, que, tristemente, también acaba renegando de su propio placer  y cerrándose indefinidamente a si misma las puertas del cielo…Así que si has dado con uno que sabe utilizar los dedos, cásate con él, te hará muy feliz….
-Estás loca, tómate otro café, anda.
En realidad Ana sí está un poco loca, es una loca maravillosa .La  gente con exceso de cordura no suele ser divertida, ni apasionada, y, en opinión de Esther, no suele sacar de la vida todo el jugo , porque la gente con exceso de cordura no se permite sentir, imaginar, fantasear con lo que, a priori, parece imposible, todo lo ven desde el prisma del aquí, del porcentaje, de las limitaciones, que a menudo, siempre, ven como infranqueables…Esther suscribe al poeta :“desprecia la tiranía del número ,tanto más mezquino cuánto más exacto” …
De  hecho, Ana tiene mucho que ver con que ella hubiese encontrado la magia. Aunque eran amigas desde la facultad, su relación se había intensificado en los últimos tres años, justo desde la muerte de Charo y de la separación, justo cuando más la necesitaba, vamos.


1 comentario:

  1. Eres genial Euge, me encanta, cada cual mas interesante, sigue escribendo como ves estamos pendientes de ellos.Un abrazo.

    ResponderEliminar