miércoles, 9 de febrero de 2011

la paciencia

De todos los bares de la ciudad, ha tenido que entrar en el mío, pensó igual que Rick Blaine, sintiendo que todos sus nervios se tensaban y su estómago se contraía dolorosamente- el miedo de la barriga- como decía de niña , cuándo ante la inminencia de un examen o la visita al dentista, sentía idéntica aprehensión.  Y para colmo hoy no estaba Meri para atender las mesas. No había forma de evitar que la viese. Demoró el momento. Atendió con inusitado esmero a la señora Josefa y al funcionario de Sanidad, que todas las mañanas tomaban lo mismo: descafeinado doble, sólo con azúcar y churro. Cada cinco segundos miraba de soslayo la mesa del fondo e intentaba calmar la ansiedad- soy adulta joder adulta- no tengo quince años- y el monólogo interior incesante- está casi igual bueno no… tiene menos pelo … ha debido sustituir las gafas por lentillas….le va bien….arreglado pero informal ….y eso qué es …un maletín de cuero…claro es profesor, no podía ser otra cosa….o escritor… o funcionario…- aquí tiene señora Josefa no quiere algo para acompañar?... cruasán, magdalena?- ….joder en cualquier momento mirará hacia la barra para ……Bueno, voy un momento al baño eh señora Josefa, si se acerca algún cliente le dice que ahora vengo-
Y yo? Estoy igual? Se  preguntó ante el espejo
-Hola!! como va? oye tú cómo vas en Latín? porque yo bajo mínimos-eran las ocho de la mañana, el bus universitario a tope y justo se acababa de quedar libre el asiento contiguo-por cierto creo que somos tocayos, encantado ….
Desde ese día se hicieron inseparables durante cuatro años.  Berto y Berta . Eran como un único ente en la facultad, hasta el punto que los llamaban “los bertos”. Compartieron muchos días de clase, confidencias , horas de biblioteca. El venía de Magisterio , tenía 24 ,  muy clara su vocación docente . Ella, sólo 18 y nada claro en la vida , ni siquiera la vocación…él tenía muchos amigos . Ella ,un novio de los de toda la vida, un tipo bastante celoso y posesivo, que le daba más miedos que alegrías. Empezaron a quedar pronto fuera de la facultad y se pasaban muchas tardes en los cafés, hablando y hablando , de filosofía, de política , de literatura …ella aprendía , le miraba, le admiraba… él la escuchaba… más que lo que decía, le tenía fascinado su frescura, el tono dulce y pausado de su voz, la pasión con que desgranaba cada libro que descubría, cada película que la emocionaba , el brillo de sus ojos, su avidez por lo que la vida de repente le ofrecía.
Pasaron años así sin desmarcarse nunca del rol de compañeros, aprendieron a reconocerse en los silencios y las miradas del otro, todo el mundo los veía como pareja sentimental, todo el mundo excepto ellos mismos.
Hasta que un día y sin saber bien por qué decidieron darle la razón al mundo y ese fue el principio del principio y el principio del fin. Su vida como amantes fue infinitamente más efímera que como compañeros, apenas unos dos meses muy intensos, de los cuáles el escenario más habitual , no ,el único escenario, fue la cama de él, en el piso de estudiantes que compartía.
En la facultad disimulaban , apenas se miraban, ella conservaba, a saber por qué razón, a su novio talibán y la aterrorizaba el qué dirán. El esperaba impaciente una madurez sentimental que ella aún tardaría años en adquirir . Comenzó a sentirse incómoda con él, a esquivarlo , a sentir este nuevo interés de suyo , ansioso y persistente, como una cárcel , y a añorar a su paladín, su caballero ,ese que la miraba embelesado , la protegía , la mimaba , la cuidaba, la escuchaba…y nunca pedía nada más que poder mirarla otro segundo….la asfixia duró poco, él, confundido, le pidió que se decidiera, que se pronunciase… y ella no pudo...enmudeció… desapareció.
Se enfrentó al espejo .  Alguna arruga, un poquito más vieja. Bien. Se peinó, se colocó bien el delantal sobre la camiseta blanca de algodón .Sonrió .El miedo de la barriga apaciguado  vagamente. Sin pensar y sin pasar por la barra fue directa a la mesa del fondo.
Ya no estaba. Se había cansado de esperar.

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